“Los mantras son contraseñas que transforman lo mundano en sagrado”.
Deva Premal
Mantra es una palabra en sánscrito que tiene como objetivo inducir a un estado de meditación en quien lo canta o escucha y permite mantener la mente en estados de calma y plenitud. La palabra está conformada por dos expresiones: “mans”, que significa “mente”, y “tra”, que expresa “liberación”, así, mantra podemos definirlo como la liberación de la mente.
Sabemos que nuestras palabras tienen un gran poder y que éstas hacen resonancia con nuestros pensamientos. Todo lo que decimos tiene una vibración, ya sea para crear o destruir; es como si cada palabra que dijéramos, se diluyera en todos los vientos y alcanzara hasta al más pequeño ser. Entonces ¿te imaginas el poder de nuestro hablar y pensar?
Para comprobar esto, en un experimento se colocaron tres platos de arroz, los tres igualmente frescos y llenos. Cada día, a una porción de arroz se le hablaba con palabras de amor y elogio, a la segunda porción se le ignoraba y a la tercera se le insultaba. Con el pasar del tiempo, el primer plato seguía blanco y rebosante; el segundo estaba un poco gris y por último el tercero que había recibido insultos estaba totalmente podrido. Con esto nos damos cuenta que las palabras tienen un gran impacto y la vibración de cada una de ellas dará vida o la destruirá.
Para explicar esto de otra forma, existe una bella fábula budista.
Se encontraba un monje sentado explicando la importancia de entonar mantras y el poder que éstos tenían en la mente. Un hombre que pasaba por ahí escuchó el discurso y enojado le comentó al monje que se equivocaba, que los mantras no tenían ningún poder y eran inservibles. El monje se quedó escuchándolo, y después le gritó:
– ¡Es un imbécil! ¡Váyase de aquí!
– ¿Pero por qué me habla así? ¿Qué le pasa? – comentó irritado el hombre.
– ¿Está enojado? – preguntó el monje.
– ¡Sí! ¡Estoy furioso! ¿Cómo se le ocurre hablarme de esa forma?
– Si estas palabras tuvieron un efecto en usted, ¿Por qué no tendrán efecto palabras de amor y compasión?
Todos los días nos decimos algo. ¿Cuántas frases no nos repetimos a cada momento? Si estamos en estados de ansiedad y miedo, podemos mentalizar frases como “el mundo es peligroso”, “los demás me harán daño”, “no soy suficiente para hacer esto”, “si algo le pasa me muero”. Y si estamos en estados de felicidad y gozo, las frases cambiarán radicalmente, o si estamos enojados o frustrados. ¿Qué palabras nos repetimos con más frecuencia? ¿Esas palabras nos desconectan o nos conectan? Nuestra mente es una máquina para realizar mantras, y aunque a veces no lo hagamos consciente, todo el tiempo nos repetimos historias que se convierten en nuestra oración diaria. La pregunta central es ¿Qué frases queremos repetir constantemente?
Cuando entonamos mantras estamos accediendo a nuestro potencial más puro, dejamos la mente en relajación y la mantenemos repitiendo frases de bienestar, por lo que los pensamientos que la puedan distraer, simplemente se quedan sentados viendo todo el panorama, pues la mente está tan ocupada repitiendo algo, que se crea una especie de vacío alrededor. Es importante acompañar la entonación con una respiración de meditación, preparar un espacio donde podamos concentrarnos, o simplemente centrarnos en las palabras que repetimos.
El mantra más conocido es Om, que es considerado el sonido original y sagrado del Universo. Proviene del hinduismo y generalmente lo escuchamos después de una sesión de yoga o de meditación, y es quizá el más recitado de todos los mantras. Hay otros igualmente conocidos, como el de Avalokiteshvara (Om Mani Padme Hum) que es el bodhisattva de la compasión para el budismo, o el de Ganesh (Om Gam Ganapataye Namaha) que es el elefante del hinduismo que nos ayuda a liberar obstáculos del camino. En el cristianismo existen las oraciones, palabras que conectan con Dios y seres de luz. Estas oraciones tienen el mismo propósito que los mantras, conectarnos con una energía universal. Ya sea que te inclines más por los mantras o por las oraciones, lo importante es crear una sintonía con el Universo, con nuestro interior y conectarnos de forma auténtica con los demás seres.
Para facilitar la repetición de los mantras, existen los rosarios budistas, mejor conocidos como malas, que tienen 108 cuentas o 21, dependiendo del tamaño que prefieras. Existen varias versiones de porqué las 108 cuentas, algunos dicen que son las veces que tienes que recitar para conectar con el Universo, otros que hay 108 caracteres en el alfabeto sánscrito, por el resultado de las 12 constelaciones y los 9 planetas (12 x 9=108), o porque hay 108 líneas energéticas que salen del chakra del corazón. Como ves, hay muchos puntos de vista. ¿Hay que recitar las 108 veces para que el mantra tenga poder? No necesariamente. Puedes seguir la tradición o simplemente repetirlo las veces que quieras; lo importante es que lo recites en meditación y de forma consciente. Hay diferentes tipos de malas, desde materiales como hueso, madera, plástico, cuarzo, piedra, sándalo; todas son válidas y las cuentas te ayudarán a la concentración del mantra, al igual que funciona un rosario católico con las oraciones.
Ahora ya sabes, las palabras que te repites son muy importantes para formar tus pensamientos y emociones. ¿Qué mantra te quieres decir cada día?